Al Cole con Música: Bravo por la Música
01/11/2022Asfaltado Calle Peatonal
09/11/2022En unos días vamos a plantar semillas en nuestro huerto de Infantil y, para que crezcan lo mejor posible, tenemos que preparar bien la tierra.
Un elemento imprescindible es enriquecer la tierra con abono, con compost. Este compost lo obtenemos directamente de nuestro compostador, el mismo al que tan sólo unos meses llenábamos con los restos orgánicos de nuestros almuerzos. Ahora es el tiempo de descubrir su "magia".
Nos organizamos en pequeños grupos con Sergio, nuestro conserje, que nos fue explicando muy bien todo paso a paso.
Lo primero que hicimos fue remover bien las capas con un hierro ondulado llamado "aierador".
Después, con una pala sacamos del compostador la mezcla y la colocamos sobre un tamiz para separar el compost del estructurante.
Descubrimos que quedaba algún resto de nuestros almuerzos como las pegatinas de las mandarinas y de los plátanos que no se habían transformado.
Y así, entendimos muy bien que no son restos orgánicos.
No sólo encontramos restos de pegatinas, sino que apareció una larva gigante de escarabajo entre la tierra. ¡Menuda sorpresa!
Con mucho cuidado, al terminar de repartir el compost por nuestra jardinera, nos la llevamos a clase para observarla mejor con el microscopio.
Cuando acabamos de observarla, la devolvimos a su casita, al compostador, para que siga creciendo y elaborando con otros bichitos el compost.
Y así, lo que comenzó hace unos meses, cierra un ciclo.